Mapping the look.
Audiovisual research project

11 oct 2012

Nuevos formatos multipantalla

Clemence von Wedemeyer revoluciona el cine desde el museo

 [then in english]


Lo apuntaba Piotr Piotrowski desde las páginas del número 0 de Índex (la revista del MACBA), la función que está llamado a desempeñar el museo en un futuro inmediato (que ya está desempeñando de hecho), como lugar para la investigación y la reflexión crítica, que tradicionalmente se ha atribuido a la Universidad. Lo cual enlaza directamente, con la necesidad de volver a repensar las cosas para encontrar nuevas palabras con las que designar la realidad que nos circunda -parafraseando al Michel Foucault de Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas-. Y en eso incide dOCUMENTA (13) y muy señaladamente la obra de Clemence von Wedemeyer "Muster (Rushes)".

Tres películas proyectadas simultáneamente en tres pantallas que se dan la espalda formando un triángulo. Las tres sitúan la acción en el mismo lugar: un convento Benedictino situado en Breitenau, a 20 km. de Kassel, que durante el periodo nazi sirvió, pared con pared junto a los lugares de culto, de campo de internamiento de reclusos políticos; en los años '70 del siglo pasado de reformatorio de menores [y en la actualidad sigue desempeñando funciones de reclusión, ahora de pacientes de psiquiatría]. Unidad de espacio para contar tres historias situadas en tres tiempos distintos: 1945, el momento en el que se produce la liberación del campo de internamiento nazi por las fuerzas aliadas; 1970, momento en el que irrumpe en el reformatorio de menores Ulrike Meinhof para provocar una revuelta; y 1994, momento en el que asistimos a una visita de estudiantes al convento/campo de los horrores, convertido ahora en memorial de las víctimas del nazismo.


                                          El convento de Breitenau, en un momento de la película
                                                       que recrea el tiempo en el que sirvió de reformatorio
                                                       juvenil en el año 1970.

Todos los fatasmas del pasado reciente de Alemania salen a pasear en este complejo artefacto cinematográfico de Clemence von Wedemeyer: el pasado nazi que llama a la puerta una y otra vez; el episodio terrorista protagonizado por la banda Baader-Meinhoff (la Fracción del Ejército Rojo), en medio de los turbulentos años setenta del siglo pasado y la reseca de las revueltas del 68 -que tan bien retrató Fassbinder-; y el nihilismo y la amnesia colectiva hacia el pasado del siglo XX que ha caracterizado a la sociedad alemana hasta fechas recientes. En una especie de maratón en la que se pone a prueba la capacidad de resistencia del espectador -en particular el local, tan familiarizado con los episodios históricos que se narran, con los que ha convivido en estrecha vecindad-, incrementando el efecto acumulativo del visionado de tantos horrores mediante la sincronización de las historias que se proyectan simultáneamente -en una nueva forma de puesta en escena de la idea perseguida de la multipantalla (por ejemplo por parte del Chris Marker último de In Memory)-. De esta forma se hace coincidir, por ejemplo, el momento del bombardeo en la pantalla en la que transcurre la historia que se desarrolla en 1945, con el motín en el reformatorio en la pantalla en la que se proyecta la historia que transcurre en el año 1970 -con todo el estruendo producido por la destrucción a patadas de los catres en los que duermen las menores recluidas en el reformatorio, protagonizada por una Ulrike Meinhof que irrumpe en escena de forma perturbadora-; y todo ello mezclado con el sonido apabullante de una discoteca, en la que entran los protagonistas de la historia que se desarrolla en el año 1994. El efecto es sobrecogedor, sea cual sea la pantalla que se esté visionando en ese momento.

La obra de Clemence von Wedemeyer tiene la virtud añadida de que, tal y como ha sido concebida, es irreproducible en su integridad sensitiva y cognitiva si no se lleva a cabo en un espacio físico en tres dimensiones. Se podrían emitir las tres películas por televisión o por internet, pero en tal caso la emisión sería consecutiva y se perdería la simultaneidad y la sincronización que le acompaña, además de perderse la tridimensionalidad y con ello el efecto redundante y sinérgico producido por la proyección en multipantalla con esta especial disposición de las mismas pensada por el artista (dándose la espalda, componiendo un triángulo). De manera consecutiva en una única pantalla se hizo en la premier de la obra en San Francisco, antes de su presentación en dOCUMENTA (13).  Inexplicable. Porque la estrategia que plantea Clemence von Wedemeyer, reclama del expectador su presencia en la sala oscura identificada históricamente con el cine con una actitud muy distinta a la que provoca sentarse en una butaca delante de una pantalla. Ahora se trata de deambular en la oscuridad. Al tiempo que se suprime la convocatoria a una hora determinada, porque la obra se puede empezar a ver en cualquier momento y de forma aleatoria, empezando por cualquiera de las pantallas y eligiendo la dirección en la que se quiere continuar, girando en un sentido o en el otro. De esta forma, se recupera con fuerza la idea de acontecimiento social asociado al cine que ocurre en una sala cinematográfica, al tiempo que la organización del acontecimiento se acomoda a la forma como se da la vida social en la actualidad, cuando los tiempos y los ritmos de funcionamiento de las personas varían de unas otras, habiéndose perdido el ritmo único que caracterizó a la sociedad regida por los planteamientos de la organización industrial del trabajo según los dictados fordistas y taylorianos -lo cual se traduce en la puesta a disposición del público de una sala que está siempre abierta y la proyección de las películas en bucle-. Estamos ante un nuevo formato de la experiencia cinematográfica, que por sus características está llamada a provocar la misma sensación de espectáculo circense que produjo a los primeros espectadores de cine el visionado de los viejos films en blanco y negro acompañados con la música de un piano en los barracones de una Feria.


New formats multiscreen

Clemence von Wedemeyer
revolutionizes cinema from the museum

He pointed Piotr Piotrowski from the pages of # 0 Index (the magazine of MACBA), the function that is called to play the museum in the near future (which is already playing in fact), as a place for research and critical reflection , which has traditionally been attributed to the University. Which links directly with the need to rethink things again to find new words that describe the reality that surrounds us, to paraphrase Michel Foucault in The words and the things. An archeology of the human sciences. And that affects dOCUMENTA (13) and, most particularly the work of Clemence von Wedemeyer "Muster (Rushes)".

Three films projected simultaneously on three screens that turn their backs forming a triangle. The three action located in the same place: a Benedictine monastery located in Breitenau, 20 km. Kassel, who served during the Nazi period, wall by wall with places of worship, internment camp political prisoners, in the 70s of the last century of juvenile reformatory [and now continues to play roles in prison , now of psychiatric patients]. Unit space to tell three stories set in three different times: 1945, the time when there is release of Nazi internment camp by Allied forces, 1970, when they burst into the juvenile detention for causing Ulrike Meinhof revolt, and 1994, at which time we attended a student visit to the convent / field of horrors, now a memorial to the victims of Nazism.

All fatasmas recent German past out for a walk in this complex cinematic artifact Clemence von Wedemeyer: the Nazi past that knocks again and again, the episode starring terrorist Baader-Meinhof (Red Army Faction ), amid the turbulent seventies of the last century and dry the riots of '68 -Fassbinder how well portrayed-, and nihilism and collective amnesia backward twentieth century that has characterized German society until dates recent. In a marathon in which tests the viewer's resilience -particularly local, as familiar with the historical events narrated, with whom he lived in close proximity-, increasing the cumulative effect of viewing of horrors by synchronizing the stories that are projected simultaneously, in a new form of staging of the idea of the multi pursued (eg by Chris Marker in In Memory)-. This is matched, for example, the time of the bombing on the screen in which the story that takes place in 1945, with the mutiny at the reformatory in the screen on which is projected the story set in the year 1970 -with all the noise produced by the destruction of kicking the sleeping cots in the minors detained at the reformatory, Ulrike Meinhof starring a breaking into a disturbing scene-, and all mixed with an overwhelming sound nightclub, in which the protagonists enter the story that unfolds in 1994. The effect is overwhelming, whatever the screen are watching at the time.

The work of Clemence von Wedemeyer have the added virtue of which, as has been conceived in its entirety is unreproducible cognitive and sensitive if not carried out in a three-dimensional physical space. It could issue the three films on television or online, but in that case the issue would be lost consecutive and concurrency and synchronization accompanying him also missing the dimensionality and therefore redundant and synergistic effect produced by the projection multiscreen with this special arrangement designed by the same artist (back to back, composing a triangle). Consecutively in a single screen was at the premiere of the work in San Francisco, before its presentation at Documenta (13). Inexplicable. Because the strategy posed Clemence von Wedemeyer, the viewer claims its presence in the dark room with cinema historically identified with a very different attitude that causes a chair to sit in front of a screen. Now it is wandering in the dark. While abolishing the call at a certain time, because the work can start watching at any time and at random, starting with any screen and choosing the direction you wish to continue, turning in one direction or in the other. Thus recovers strongly the idea of social event that occurs associated with film in a cinema, while the organization of the event will accommodate the way social life is given today, when times and running rhythms vary across other people, having lost the unique rhythm that characterized the society governed by the approach of the industrial organization of work according to the dictates Taylorist-Fordist and which results in the provision of public a room that is always open and the projection of films in loop. This is a new format of the cinematic experience, which by its nature is called to lead the same circus feeling that produced the first film spectators viewing the old black and white films accompanied by the music of a piano the barracks of a Fair.
              
Documenta 13: Judith Hopf
En el monasterio de Breitenau se ha expuesto durante dOCUMENTA (13) una instalación de Judith Hopf, a modo de juncos hechos con vasos de cristal atravesados por varillas metálicas. También obra suya, se expusieron en el Fridericianum, en la rotonda, en la sección que se ha llamado The Brain, unas esculturas hechas con cajas de embalar smartphone, tablets, etc., a modo de máscaras.
   
In the monastery of Breitenau has been exhibited during dOCUMENTA (13) installation of Judith Hopf, like a reed made ​​crystal glasses pierced by metal rods. Also his work was exhibited at the Fridericianum, at the roundabout, in the section called The Brain, sculptures made ​​from packing boxes smartphone, tablets, etc., as a mask.


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